El debate de los últimos años respecto a la sostenibilidad en el largo plazo de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica [RDNFO] se transformó súbitamente hace pocas semanas en una profunda incertidumbre sobre su sostenibilidad en el corto plazo, luego del retiro de Azteca Comunicaciones como operador dorsal sin entregar la posta a un nuevo operador.

 

QUÉ [NO] OCURRIÓ EL 14 DE ENERO

Luego de casi 2 años de infructuosas conversaciones, el 14 de julio del año pasado el Ministerio de Transportes y Comunicaciones [MTC] declaró la caducidad del contrato de concesión de Azteca como operador dorsal por razones de interés público, y dispuso además un plazo de 6 meses para designar a una empresa especializada que asuma la operación de la RDNFO durante los siguientes 3 años, tiempo necesario para diseñar un nuevo modelo dorsal y adjudicarlo a un nuevo operador.

Este plazo fue cumplido el 14 de enero pasado, fecha en que Azteca entregó el proyecto al Programa Nacional de Telecomunicaciones [PRONATEL], debido a que esta entidad del MTC no designó hasta entonces a su sucesor.

Si bien PRONATEL está facultado para asumir la gestión de la RDNFO en forma directa, el marco normativo de asociaciones público-privadas [APP] y de compras del Estado le permiten contratar de forma expeditiva [en 6 meses] a un tercero, como un reconocimiento tácito sobre la especialización exigida para garantizar la continuidad en la operación de un proyecto de esta envergadura.

 

PRONATEL

PRONATEL fue creado en el 2018 a través de la absorción del Fondo de Inversión en Telecomunicaciones [FITEL] por el MTC, con el propósito de mejorar la eficiencia en la gestión de dicho fondo.

Si bien la gestión y operación temporal de proyectos de telecomunicaciones financiados por el Estado es 1 de las 9 funciones que su norma de creación le atribuye, las otras 8 funciones están relacionadas con el rol históricamente ejercido por FITEL como predecesor de PRONATEL durante 20 años previos y por el propio PRONATEL desde entonces:

  • Identificación de necesidades de conectividad en el ámbito rural
  • Formulación de proyectos para atender dichas necesidades
  • Promoción de mecanismos de inversión público-privada para la ejecución de los proyectos formulados
  • Supervisión del debido cumplimiento de los proyectos ejecutados

De hecho, estas funciones se encuentran recogidas en su estructura organizacional, conformada principalmente por 3 direcciones de línea: Estudios y Proyectos, Supervisión y Fiscalización y Sanción.

Debido a que 3 millones de peruanos residen en centros poblados sin conectividad, PRONATEL se encuentra actualmente abocado a formular nuevos proyectos de acceso universal, y al mismo tiempo a acelerar el inicio de operación de las 14 redes regionales aún no concluidas.

Entonces, si bien equipo profesional de PRONATEL es bastante reconocido por su solvencia en estos ámbitos, sobrecargar a la entidad con un rol que le resulta ajeno puede afectar el cumplimiento de sus propios objetivos institucionales y, más aún, poner en grave riesgo -más temprano que tarde- la propia sostenibilidad operativa de la RDNFO.

 

RIESGOS

Los principales riesgos que enfrenta la operación actual de la RDNFO a cargo de PRONATEL corresponden al funcionamiento de la red, y las 3 mil observaciones planteadas por el MTC a Azteca en el momento de su retiro nos ofrecen una pista sobre la magnitud que éstos pueden alcanzar.

No resulta claro, por ejemplo, el estado de mantenimiento actual de los 14 mil kilómetros de red, la capacidad operativa de PRONATEL para responder ante una potencial avería en alguno de sus puntos de conexión diseminados en más de 180 provincias del país, sea en equipo humano o disponibilidad de repuestos, o la agilidad en los procesos necesarios para su adquisición, entre otros aspectos de alto impacto en la continuidad de la red.
Según el documento de trabajo 49 de OSIPTEL [2020], los 14 mil kilómetros de la RDNFO representan 37% sobre el total de 37 mil kilómetros de fibra óptica para transporte nacional existentes en el país, y ubican al operador dorsal bastante por encima de los 10 mil kilómetros de Bitel, los 5 mil kilómetros de Internexa o los 4 mil kilómetros de Telefónica.
Todos estos operadores han acumulado a lo largo de los años una infraestructura operativa de gran magnitud, que les permite cumplir los acuerdos de nivel de servicio comprometidos con sus clientes privados o públicos.
¿Tiene sentido que PRONATEL distraiga las energías dedicadas a diseñar proyectos de acceso universal aún necesarios en el país, para orientarlas a la operación de la red de transporte nacional más grande en el país?

 

ESTADO DE EMERGENCIA

Como país, es inadmisible asumir el riesgo de un probable cese de operaciones en la RDNFO, que fulmine la rentabilidad social negativa de los 2 mil millones de dólares invertidos por el Estado Peruano en este proyecto en conjunto con las redes regionales, que diluya su potencial como fuente de mejora en la competitividad del país o que -lo más importante- extinga su impacto en la reducción de la brecha de acceso a internet para lo cual la RDNFO fue originalmente concebida.

Por ejemplo, el costo cero dispuesto por el MTC meses atrás para el uso de la RDNFO por parte de entidades del Estado es muy oportuno para promover la conexión de escuelas a nivel nacional ahora que el año escolar 2022 está por empezar, y luego de que durante los últimos 2 años de pandemia hemos sido testigos sobre el esfuerzo monumental emprendido por el Ministerio de Educación [MINEDU] para dotar de recursos tecnológicos a las escuelas públicas.

Si bien es impensable que la RDNFO pueda ser utilizada de forma inmediata por las 50 mil escuelas públicas en el país, bien podría el MINEDU aplicar el costo cero para la conexión de las escuelas en una lista corta de provincias del país a manera de piloto, sobre cuya experiencia pueda esto ser escalado en los meses siguientes a cada vez más escuelas a nivel nacional.

Mientras la operación de la RDNFO no sea transferida a un operador provisional en capacidad de garantizar su continuidad, su aprovechamiento corre el serio riesgo de no ser sostenible.