En su edición de la semana pasada, la revista The Economist define como “nuevo populismo” a la ola reciente de iniciativas legislativas surgidas en el Congreso de la República en Perú, concebidas para introducir severas distorsiones en el sistema económico del país, en sectores como Transportes (peajes), Banca (préstamos), Fondos de Pensiones (retiro de fondos) o Telecomunicaciones, esto último relacionado sobre todo con el servicio de acceso a internet (móvil o fijo).

Al respecto, durante este año identificamos cerca de 20 nuevos proyectos de ley (PL) relacionados con este servicio, dedicados sobre todo a su declaración como derecho ciudadano o –de forma simultánea- a la suspensión de pagos para los usuarios.

Sólo en la última semana, la Comisión de Transportes y Comunicaciones (CTC) ingresó 2 PL que declaran al servicio de internet como un derecho fundamental de acceso “libre” o de rango constitucional, respectivamente, y además aprobó (en menos de 2 semanas desde su ingreso por Mesa de Partes del Congreso) otro PL que dispone la acumulación para el mes siguiente de la capacidad no utilizada en descarga de datos (“megas”) en los planes tarifarios del servicio móvil pospago.

Con el dictamen favorable emitido por la CTC, esta iniciativa pasa a manos del Pleno en el Congreso, situación que a todos debe preocupar, porque su aprobación como ley destruiría las condiciones que han permitido la mejora sostenida de los últimos años en la capacidad de descarga de datos incluida en los planes tarifarios, en beneficio de cada vez más usuarios.

La evidencia demuestra que, para mejorar la capacidad de descarga de datos móviles, basta con dejar que la ley de la oferta y la demanda funcione, de manera que una ley del Congreso orientada en sentido opuesto no sólo resulta innecesaria, sino -más aún- perjudicial para los usuarios.

Mercado altamente competido

Aunque la evidencia es abundante, en este espacio comentaremos sólo 4 características bastante visibles para los usuarios móviles, que ilustran cómo la ley de oferta y demanda ha generado una mejora sustancial en nuestro bienestar durante los últimos años.

Para empezar, la participación de la modalidad pospago en las líneas móviles totales se duplicó durante la presente década, desde 17% (2011) hasta 35% (2019), debido a que los operadores aplicaron estrategias comerciales para estimular el consumo de internet móvil, que funciona mucho mejor en la modalidad pospago que en prepago.

 

En segundo lugar, la lista de beneficios contenidos en los planes tarifarios ha evolucionado desde incluir sólo redes privadas para llamadas de voz hace 5 años, hasta una lista actual de beneficios bastante extensa, que incluye tráfico cada vez más ilimitado de llamadas, mensajes SMS y datos, además de aplicaciones de video o música propios de cada operador, e incluso programas de lealtad, con beneficios que van más allá del propio servicio móvil (cine, viajes, restaurantes).

En tercer lugar, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), mientras que la inflación promedio anual en el país durante los 20 años del presente siglo es 3%, los precios en los servicios de telecomunicaciones registran una caída anual promedio de -2%, lo cual equivale en términos reales a una caída anual promedio de -5% o a una caída acumulada de -65% durante el presente siglo.

 

Finalmente, lo más importante. Durante los últimos años muchos usuarios móviles pospago nos hemos dado con la sorpresa de que la capacidad de descarga de datos incluida en nuestros planes tarifarios ha subido de forma sucesiva, lo cual se traduce en que a la fecha 70% de los planes tarifarios de todos los operadores móviles incluyen tráfico ilimitado de voz, mensajes SMS y datos.

¿Por qué ocurre esto? Para responder esta interrogante, basta entender cómo ha cambiado el mercado durante los últimos años, algo que podemos resumir en una sola frase: un mayor nivel de competencia.

Mientras que a inicios de la presente década el mercado móvil en Perú era uno de los más concentrados en Sudamérica, actualmente es el tercer mercado más competido en la región, sólo por debajo de Brasil (cuyo tamaño permite una intensidad competitiva difícilmente replicable) y Chile (mercado históricamente reconocido como altamente competido).

 

Si a este mayor nivel de competencia móvil sumamos la competencia digital (mensajería, streaming de música o video), el propio desarrollo tecnológico y la maduración del mercado (líneas móviles totales entre 37 y 39 millones en forma sostenida durante los últimos 5 años), encontramos un escenario donde los operadores han adoptado estrategias comerciales cada vez más orientadas a la retención o atracción de clientes para poder sostener o elevar su participación de mercado.

Usuarios altamente perjudicados

¿Qué efecto podemos esperar en el indeseado caso de que el Pleno del Congreso decida dar la espalda a los usuarios, y convierta a esta iniciativa en ley?

Ante todo, debemos suponer que el congresista Guillermo Aliaga (Somos Perú), autor del PL, tiene claro que toda acción genera una reacción, y por tanto que, de concretarse su iniciativa, alguna distorsión habrá de producir en la tendencia favorable que el mercado ha seguido durante los últimos años, gracias a la cual la mayoría de planes tarifarios actuales incluyen minutos, mensajes SMS y datos ilimitados.

¿Cuántos “megas” acumularía para el mes siguiente un usuario pospago con un plan tarifario que incluya datos ilimitados, y que durante un mes vigente hubiera consumido 5 gigabytes (GB)? Hasta donde recordamos, infinito menos 5 es igual a infinito, de manera que –para dicha mayoría de planes pospago con datos ilimitados- el efecto práctico es nulo.

Aunque esto nos podría dejar la impresión de que esta ley resulta innecesaria, aunque al mismo tiempo inocua, la situación es en realidad más grave para aquellos planes tarifarios que no cuentan aún con datos ilimitados, por 2 razones.

Lo primero es que, si la mencionada tendencia consiste en que cada vez más planes tarifarios incluyen datos ilimitados, es razonablemente previsible que es sólo cosa de tiempo hasta que todos ellos cuenten con este beneficio, sin necesidad de ninguna ley originada en el Congreso.

Lo segundo, y he aquí lo más preocupante, lejos de sostener dicha tendencia, la distorsión introducida por el PL implica un retroceso, porque obligará a los operadores móviles a reducir la capacidad de descarga actualmente incluida en sus planes tarifarios, por un simple principio de economía de red.

Según dicho principio, aplicable también a cualquier otro modelo de negocio basado en infraestructura de red (electricidad, saneamiento, redes viales), el precio del servicio resulta de un equilibrio entre el tráfico promedio generado por el conjunto de usuarios y el tamaño de red necesario para atender satisfactoriamente a dicho tráfico promedio.

Nótese la importancia de la palabra “promedio”. Para ilustrar el concepto, supongamos el caso de un usuario con un plan tarifario de 65 soles que incluye 10 GB de capacidad de descarga, y que en cierto mes consume sólo 4 GB.Según el PL, esto significará que en el mes siguiente el usuario contará con 16 GB de capacidad de descarga.

Si extrapolamos esta situación al universo de usuarios, el operador deberá elevar su capacidad de red para atender a un tráfico promedio mayor que el mes previo, debido a que existirá una porción de usuarios que consumirá un tope ya no de 10 sino 16 o más GB de descarga, ante lo cual tendrá 2 opciones.

La primera opción, bien explicada en días recientes por OSIPTEL, consiste en la misma receta aplicada por cualquier negocio ante un factor exógeno que lo obliga a elevar sus costos: subir sus precios.

Quizás más probable en el contexto competitivo actual (que frena la posibilidad de subida en los precios), la segunda opción consiste en reducir la capacidad de descarga incluida en el plan tarifario. Es evidente que ambas opciones resultan sumamente perjudiciales para los usuarios, a pesar del aparente beneficio con que el PL nace.

Por último, debido a que la propuesta de valor en un plan pospago empieza por la tranquilidad de contar con un saldo disponible garantizado, sea o no usado en su totalidad cada mes, podemos establecer un símil con el caso de una póliza de seguro automotriz ¿Debemos acaso esperar que algún entusiasta congresista nos sorprenda pronto con una propuesta de devolución total de la prima anual, para los automóviles asegurados que no sufran ningún siniestro durante todo un año?