Con el inicio de la operación comercial de Cuy Móvil hace 2 semanas, los usuarios móviles en Perú (o al menos en Lima Metropolitana) contamos ahora por primera vez con 2 OMV y con 6 operadores móviles en total entre los cuales elegir.

¿Cómo ha avanzado el modelo de negocio OMV en el país hasta ahora? ¿Cómo podría Cuy Móvil posicionarse en el mercado? ¿Tiene el modelo de OMV futuro en Perú? Acá vamos.

OMV en Perú

En los últimos años los usuarios móviles en Perú nos hemos acostumbrado a contar con minutos ilimitados a todo operador, una mayor facilidad en el trámite de portabilidad, programas de lealtad más atractivos y otros beneficios inexistentes apenas 5 años atrás.

Si bien esta mejora obedece a la confluencia entre nuevos operadores y una activa regulación pro-competencia, la presencia de operadores móviles virtuales (OMV) es un fenómeno visible en mercados vecinos que en el mercado local ha tenido un impacto bastante magro.

Mientras que Chile, Colombia o México cuentan con 2 o más OMV que registran una cuota de mercado de 2% o más, en la práctica en Perú este tipo de operador no existe, porque más allá de los 4 OMV formalmente registrados en el MTC el número de líneas en servicio del único OMV actualmente en operación (Inkacel) cayó a menos de 10 mil en el año 2018 (-90% respecto al año 2017).

 

Un cuy joven

Luego de casi 2 años desde su registro formal en el MTC, hace 2 semanas tuvo lugar el inicio de la operación comercial de Cuy Móvil, OMV propiedad de un grupo de inversionistas de origen local y europeo sin presencia previa en el mercado de telecomunicaciones en Perú, aunque con una característica que bien utilizada podría jugar a su favor: su edad promedio (menores de 30 años) es similar a la de su público objetivo (jóvenes universitarios o con pocos años de experiencia profesional).

Alojado en la red de Claro, la propuesta de valor de Cuy Móvil pareciera estar centrada en los atributos de simplicidad y personalización, con el soporte de una plataforma tecnológica robusta que facilite una gestión costo-efectiva de la publicidad, venta y posventa de chips por canales virtuales, y que por tanto requiera el contacto físico con sus usuarios únicamente para la entrega a domicilio de tales chips.

De esta forma, la presencia ahora de 2 OMV resultaría útil para que OSIPTEL pueda contar con casos de estudio distintos a los operadores móviles con red (OMR) como referencia para acelerar la implementación del proceso de simplificación normativa al cual se encuentra comprometido.

OMV en un mundo 5G

Los OMV surgieron en Europa y EE.UU. durante la década pasada como un complemento de los OMR (no competidor), y llegaron tarde esta década a América Latina casi como un sustituto (competidor).

Si consideramos que la forma que tome la evolución de los modelos de negocio 5G de los OMR a escala global no está aún clara, la relación entre los OMR y los OMV en la región no tendría porqué seguir como hasta ahora.

La evolución tecnológica acelerada durante los últimos años ha ejercido presión sobre las inversiones de los OMR en la expansión de capacidad y la digitalización de sus redes, factores a los cuales se suma en el caso de América Latina la agenda aún pendiente en expansión de cobertura, en un escenario de reducción del ARPU y por tanto de los márgenes operativos que financien todo esto.

La proximidad de la entrada de servicios 5G ejercerá una presión aún mayor sobre las inversiones, lo cual exige a los OMR la construcción de alianzas estratégicas que permitan la diversificación de tales inversiones y por tanto de los riesgos e incluso del crecimiento esperado en los ingresos.

Si consideramos además que los bancos empiezan a ver de una forma distinta a las Fintech, ¿es posible que los OMR empiecen también a hacer lo mismo con los OMV? 

Si los OMR van camino a convertirse en una suerte de plataformas, ¿existe espacio para los OMV en esta nueva realidad? ¿Podrían los OMV impulsar los ingresos generados por estas plataformas? En un escenario aún poco claro, quizás por ahora vale la pena para operadores y reguladores intentar más preguntas que respuestas.