El MTC y Fitel adjudicaron el jueves cuatro proyectos regionales de fibra óptica para brindar acceso a Internet de alta velocidad. Con éstos, los cuatro adjudicados en marzo y los tres por adjudicar en el 1T16, el gobierno cerraría su gestión con 11 proyectos concesionados de los 21 diseñados en total. Sin embargo deja desafíos pendientes.
A pesar del avance, el Estado aún no logra facilitar el cumplimiento de las obligaciones que exige. Un ejemplo de ello es la expansión de las antenas móviles, que enfrenta una fuerte oposición municipal, o la de las redes regionales, que se ve obstruida por la ausencia de predios saneados. Ambos casos dificultan el despliegue de los servicios de los portadores nacionales y regionales, y de sus futuros clientes: operadores móviles y portadores metropolitanos en Lima.
Todavía está pendiente, además, la licitación de la banda 700 MHz, la regulación del roaming móvil nacional y la reducción de los candados que subsisten en la portabilidad (gestión de deudas del usuario portador o un proceso de portabilidad más breve).
Todo ello incrementaría y mejoraría la cobertura. Pero la agilización del crecimiento debe ir acompañada de la creación de una demanda, pues el Perú es el tercer país con menor consumo en telecomunicaciones de Sudamérica.
Para ello el Estado puede coordinar con los gobiernos locales la implementación de dispositivos en espacios públicos, como los parques zonales de Lima. Ésta es una forma de llegar y beneficiar a la mayor parte de la población: jubilados (al agilizar el cobro de su pensión), taxistas (al facilitar permisos municipales), estudiantes y otros.
Los fondos de Fitel, con subsidios programados por alrededor de US$2,000 millones para redes de fibra óptica a nivel nacional, se agotan. Por ello el próximo gobierno deberá considerar la creación de un ente rector digital, con poder institucional y presupuestario, pero al mismo tiempo ágil para aumentar la cobertura y la masificación digital.