La SNMPE afirma que se está dando a Azteca permisos para conectar la red eléctrica sin fundamento legal ni técnico. Osiptel responde que no existe trato preferente que busque evitar salida del operador de la Red Dorsal

Azteca está en el centro de la polémica desde hace varias semanas, pero va sumando complicaciones. A la novela que venía siendo protagonizada entre el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y el operador de la Red Dorsal, se ha sumado la controversia entre dos actores: Osiptel y el Comité Eléctrico de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).

Como se recordará, la Red Dorsal consiste en un tendido de 13.500 km de fibra óptica que se desplegó entre el 2014 y el 2016 por todas las torres eléctricas a nivel nacional. El tendido no tuvo muchos imprevistos pues se valía de una infraestructura ya existente. Sin embargo, hoy, luego de casi dos años de operación de la red, surgen los inconvenientes: desde la SNMPE están reclamando un procedimiento indebido.

Según la SNMP, no hay fundamento legal ni técnico para ordenar “mandatos de compartición de infraestructura eléctrica” a favor de la empresa Azteca Comunicaciones Perú. Se está vulnerando las normas vigentes y atentando contra la seguridad jurídica y legal pues eliminan de manera arbitraria cláusulas que forman parte de los contratos de uso y acceso a la red de energía eléctrica, dijeron.

El gremio denunció que Osiptel busca disminuir la contraprestación económica que Azteca Comunicaciones Perú debe asumir por utilizar la infraestructura eléctrica en el país.

En respuesta, Osiptel rechazó la afirmación de la SNMPE. Aclaró que como organismo regulador emite mandatos dentro de sus facultades institucionales y en concordancia con lo establecido en la Ley N° 29904 que declara de necesidad pública y de interés nacional la construcción de una Red Dorsal Nacional de fibra óptica en el país.

«La citada ley establece reglas de obligatorio cumplimiento a las que tienen que sujetarse los contratos de compartición de infraestructura que celebren los concesionarios de energía y los operadores de telecomunicaciones. Es así que desde el año 2013, cualquier empresa de telecomunicaciones que requiere el uso compartido de infraestructura para la prestación de su servicio de banda ancha, y que no haya podido concretar un acuerdo con el concesionario eléctrico para crear, modificar o regular las condiciones del referido uso, puede solicitar la intervención del Osiptel mediante la emisión de mandatos», indicó el regulador en un comunicado.

En ese sentido, el Osiptel dijo que al emitir un pronunciamiento que no reconoce sus funciones y facultades, la SNMPE «demuestra un total desconocimiento de las leyes vigentes».

PROBLEMAS FINANCIEROS
Tal como informara meses atrás El Comercio, Azteca viene reportando pérdidas en su operación local (cerraron el 2017 con un saldo negativo de US$4,6 millones) y en su presentación de directorio informaron que estaban evaluando cuál sería el futuro de sus inversiones en el país.

Desde Semana Económica se ha asegurado incluso que la empresa mexicana habría tomado ya la decisión de retirarse del país, pues no se están dando las condiciones para revertir el problema económico.

¿Qué medidas espera Azteca? La operación no es rentable, a pesar de ser subvencionada por el MTC, porque no consigue suficientes clientes. Eso ocurre porque encontró competidores en donde habían supuesto que no los habría. Lo que Azteca espera es competir en igualdad de condiciones (precios más bajos) y para eso se necesita modificar el contrato, hacer una adenda. Sus rivales dicen que esto no debe darse porque un jugador subvencionado no puede tener las mismas reglas del juego que el resto.

osiptel

NUEVOS ENFRENTAMIENTOS
Osiptel entró en este problema desde mucho antes, pero recién ahora está siendo cuestionado. El año pasado el MTC le pidió un informe sobre cuál podría ser la salida al problema de precios: Azteca está obligado a cobrar US$23 más IGV mientras que sus rivales cobran según el volumen de tráfico y llegan sin problemas hasta US$5.

Osiptel presentó un informe en febrero. En el evalúa cuatro salidas, entre las que figuran desde cobrar US$15 hasta regresar la concesión al Estado. El regulador propone como más viable cambiar a una tarifa flexible, tal como ofrecen los otros jugadores.

Los analistas del sector han opinado tanto a favor como en contra de cada una de dichas propuestas, pero no había mayor desconfianza en lo propuesto. El MTC informó que iba a considerar dichas alternativas y evaluarlas junto al MEF y la Contraloría, proceso que todavía no ha culminado con una decisión final.

La denuncia del gremio energético rompe con este procedimiento al agregar un factor de negociación externo a las cláusulas que habían evaluado añadir en el contrato con Azteca. Ya no se trataría del precio o el modelo en que se cobra la tarifa al cliente, sino que se está denunciando un cambio en el costo de interconexión con la red eléctrica para bajar los costos de Azteca.

“Estamos frente a un acto de arbitrariedad y de preferencia a favor del único operador de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica, porque en la práctica significaría modificar las condiciones económicas bajo las cuales fue adjudicado el proyecto de red dorsal a la empresa Azteca”, denunciaron.

SALIDAS ALTERNATIVAS
​Carlos Huamán, director de DN Consultores, considera que las salidas al problema financiero de la Red Dorsal, el cual afecta tanto al MTC como Azteca, no pasa solo por las propuestas incluidas en la propuesta de Osiptel, sino que hay otros caminos.

La Red Dorsal, explicó, podría dividirse por zonas y solo mantener como una operación subvencionada en los distritos sin competencia. De esta manera se mantendría el fin de dar conectividad a los menos favorecidos y no se afectaría los ingresos del operador mexicano. En las zonas con competencia se podría regresar la titularidad al Estado y licitarla entre quienes estén interesados por la fibra ya tendida.

«Azteca no estaría en rojo si el Estado le subsidia las zonas sin competencias. Se podría encontrar una salida intermedia que permita adecuar el contrato a la nueva realidad. Lo más sano es hacer un acuerdo. Todo está distorsionado. Modelo tal cual no es sostenible. pero no hay que ir a los extremos de: te vas o me voy. Hay muchas posibilidades de solucionarlo sin irse a los extremos», opinó.

Artículo original publicado por El Comercio