Los operadores se pelearán palmo a palmo los clientes este año, vía tarifas económicas y un ‘upgrade’ de su oferta. Vienen de invertir más de US$1.000 millones en infraestructura el 2017.
En ocasiones, un par de cifras pueden resumir una idea que precisaría, en cambio, varias líneas de texto. Por eso, para hablar de la intensa guerra de operadores que existe en el sector telecomunicaciones, es mejor remitirse a los índices de portabilidad numérica que publica Osiptel. Nada más útil que mostrar cuántos usuarios están cambiando de operador de telefonía móvil, disconformes con el servicio que reciben o convencidos por las ofertas de otra compañía.
Según el regulador de las telecomunicaciones, entonces, entre enero y noviembre del año pasado 388 mil líneas móviles fueron cambiadas de operador, siendo Movistar (líder del mercado) el que más pérdidas sufrió, con un neto (la diferencia entre las que ganó y dejó ir) de -69 mil líneas móviles. Y con Entel (tercero del mercado) y Claro (segundo) más bien ganando, con netos positivos de 58 mil y 42 líneas móviles, respectivamente.
Este panorama, que muestra cómo los operadores hoy se están peleando clientes palmo a palmo, es el ambiente que recibirá a los nuevos jugadores que ingresarán al mercado peruano este 2018. Porque, sí, aunque la lucha es dura ya entre cuatro, hay varios interesados en entrar al combate. Sobre todo operadores móviles virtuales (OMV): además de Inkacel, que reemplaza al caído Virgin Mobile (primera víctima de la competencia, en el 2017), buscarán un sitio aquí las OMV Cuymobile, Dolphin y Famagusta, según el director de DN Consultores, Carlos Huamán. Así que lo se viene será, por decir lo menos, tenaz.
Ven conmigo
Los cuatro operadores enfrascados en esta lucha han coincidido –con sus respuestas a Día1 para este informe– en que la guerra no solo se va a librar en el campo de los precios, como se venía diciendo el año pasado, sino en ámbitos como el ‘upgrade’ que brinden en sus servicios, la inversión que hagan en sus infraestructuras de redes, y los nuevos negocios (vinculados al de la telefonía) por los que apuesten: entre ellos la producción de entretenimiento (series y películas, por ejemplo) y la provisión de mejores conexiones de Internet residencial y para empresas.
Bitel (cuarto del mercado) ha sido uno de los operadores que más ha crecido en cuanto a telefonía móvil. De acuerdo a Osiptel, ganó cerca de un millón de nuevas líneas entre el 2016 y septiembre del 2017, alcanzando 4,6 millones en total. Para Phan Hoang Viet, CEO de la firma en nuestro país, la competencia este año partirá desde una base: la de ofrecer el beneficio de llamadas ilimitadas a los clientes. “Es muy posible que se convierta en una condición predeterminada para cualquier operador aquí”, señala.
En esa línea, el ejecutivo refiere que también veremos una migración desde las tecnologías 2G y 3G a la 4G, lo que hará que se incremente la demanda por equipos que sofisticados (de alta gama), provocando que sus precios disminuyan y que se comercialicen cada vez más sin la necesidad de que el cliente tenga contrato con algún operador. Ello, por supuesto, le conviene a la empresa vietnamita: si uno revisa las estadísticas de Osiptel, verá que el grueso de sus usuarios (4,1 millones hasta septiembre pasado) está bajo la modalidad prepago, es decir, sin contrato. Si ellos acceden a mejores ‘smartphones’ a precios asequibles, será más factible para Bitel fidelizarlos, con beneficios como sus aplicaciones gratuitas.
La compañía asiática nunca ha ocultado su interés de posicionarse en el nicho económico, lo que implica pelear fuerte con precios bajos. Un poco alejado de esa esquina, en Entel apuntan, sin embargo, que una guerra de precios no es sostenible. “Hará que todos perdamos: usuarios y operadores: para bajar precios hay que reducir costos de operación, y al hacerlo se pone en riesgo la calidad de los servicios. Lo que debemos promover es una competencia en base a la calidad y la atención al cliente”, destaca Nino Boggio, gerente central de Regulatorio, Legal y Relaciones Institucionales de la firma, otra que ha crecido fuerte entre el 2016 y 2017: de 4,8 millones de líneas mó- viles a 5,9 millones.
Redes y entretenimiento
Como la calidad depende de una extensa y eficiente infraestructura, Entel ha invertido US$150 millones en sus redes durante el 2017, aparte de los US$300 millones que destinaron a la concesión de la banda de 700 MHZ, otorgada por el MTC en el 2016, para mejorar su cobertura 4G. Alista otros US$150 millones este año para optimizar sus servicios y continuar con la transformación digital en la que están enfocados.
En ese camino también está Claro, que ha invertido US$400 millones el 2017 en su red, para duplicar su cobertura 4G y llegar a 5.400 centros poblados a escala nacional. ¿Qué harán los mexicanos frente al embate de la competencia y el posible ingreso de nuevas OMV?
Elisa Munares, directora de Estrategia Comercial de Claro, destaca que ellos llevan una ventaja respecto de sus competidores, porque ya desde años atrás vienen impulsando una estrategia basada en la provisión de entretenimiento, a través de contenidos y aplicaciones como Claro Video y Claro Música, y con servicios como la eliminación del ‘roaming’ en 17 países de América, incluyendo Estados Unidos.
“Además, estamos realizando inversiones para mejorar nuestros servicios de Internet residencial, vía conexiones alámbricas e inalámbricas”, apunta la ejecutiva. La empresa ha logrado crecer con poco más de 100 mil líneas móviles entre el 2016 y septiembre del año pasado, alcanzando las 12,4 millones de líneas, según Osiptel.
En Movistar, actual líder del mercado móvil con 15 millones de líneas, no la han estado pasando bien desde el 2015 (cuando tenían 17,3 millones). Pero el caso es que no serán una perita en dulce para nadie. De hecho, solo en el 2017 invirtieron US$600 millones en el despliegue de su infraestructura y tecnología 4G, como acotan a Día1. Una ‘pequeña’ muestra de su fortaleza.
Así están las cosas. Lo cierto es que, sea grande o chico el operador, hoy el cliente tiene para escoger y exigir, o simplemente decirle adiós.
Artículo original publicado por Día 1 p.10 y en su versión web