22jun1

En el 2015 han arrancado las obras para solucionar el problema de acceso a las telecomunicaciones en el Perú (llevando real acceso a las telecomunicaciones a la sierra y selva del país) y todo indica que culminarán el 2017.

Javier Coronado, viceministro de Comunicaciones sostiene que lograrlo costará unos US$ 2 mil millones y solo será posible porque se utilizará el sistema de las APP (Asociaciones Público Privadas).

Para Carlos Huamán, CEO de DN Consultores, la subvención fue la única medida viable, porque las zonas a las que llegará el servicio no tienen clientes con poder adquisitivo para solventar las tarifas que cobraría el privado si el Estado no le devolviera lo invertido.

De esta manera, en lugar de US$150 cobrarán US$27 por prestar conexión a empresas que venderán los ser vicios (voz, video, datos) al usuario final. La red permitirá llevar todo tipo de telecomunicaciones al interior pero, advierte, solo será sostenible si encuentran clientela.

Tanto Azteca, ganador de la licitación de la Red Dorsal, como quienes ganen cada bloque regional, deberán firmar contratos con operadores móviles, canales de TV y demás interesados para recuperar su capital.

Pero ello, por sí solo, no será suficiente a largo plazo si buscamos el retorno de inversión, advierte Huamán, porque se necesita en primer lugar que los pobladores generen el consumo.

Huamán habla de 5 años –el 2020– para ver resultados significativos y el viceministro Coronado calcula 10 (2025) para tener el ecosistema listo para ser ciudades digitales. En términos de ventas de PC, laptops, tabletas y televisores digitales, las capitales de provincias serán las primeras en reaccionar, pero será algo de los ‘nichos’ con mejor poder adquisitivo de cada zona, advierte Huamán.

Evaluar el poder adquisitivo de las zonas al diseñar los planes tarifarios será crucial para lograrlo, advierten desde el Osiptel, porque una oferta comercial desproporcionada alejará a los usuarios vírgenes.

Lo urgente e imprescindible es contar con una política de Estado que fomente el uso de esa mayor conectividad con aplicaciones diseñadas especialmente para cada región, ya sea en ahorros de tiempos en el transporte de sus mercancías o al prevenir epidemias de la zona.

Osiptel sostiene que los US$ 2 mil millones gastados se multiplicarán por 7 mínimo (US$14 mil millones) gracias a la productividad que ganarán al estar comunicados y se triplicarán (US$6 mil millones) con el movimiento de las industrias allegadas: ventas de servidores, centrales telefónicas IP para pymes, cajeros y POS para financieras, cámaras de seguridad, software para organizar transportes, entre otros servicios.

Las proyecciones no se quedan ahí. El MTC estima que esos US$ 20 mil millones se superarán largamente si consideramos las fábricas de hardware que algunas corporaciones han ofrecido instalar en el país, cuando esté resuelto el problema de conectividad y se superarán más si contemplamos todo el entorno comercial propio de las ciudades digitales. Eso, claro, siempre que le sepamos sacar provecho. De lo contrario, quedaría en la historia como un gran y costoso elefante que solo sirvió para hacer piruetas en el circo.