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elcomercio_2017-09-21-p2Ante nueva convocatoria de Pro Inversión, resurge discusión sobre rediseño de contratos. Expertos recomiendan crear nuevo esquema tarifario. Red dorsal de Azteca sigue subutilizada.

Este mes Pro Inversión ha lanzado siete proyectos para el tendido de redes regionales, los cuales implicarán inversiones por cerca de US$300 millones. Según el cronograma dispuesto, los interesados tendrán hasta octubre para enviar sugerencias a las bases y hasta noviembre para comentar el modelo de contrato propuesto, pues la licitación se concretará en las primeras semanas de diciembre.

Este paquete forma parte del conjunto de 21 redes regionales que buscan reducir la brecha digital. Hasta ahora se han licitado siete regiones, pero la ejecución se vio retrasada a raíz de problemas en el diseño de contrato y recién se inaugurarán a fin de año. Según Carlos Huamán, director de DN Consultores, se espera que Pro Inversión tome en cuenta todas las sugerencias que se envíen, porque hay varios problemas por subsanar.

Malas experiencias
La red dorsal y las redes regionales son iniciativas que se han visto con grandes desafíos en el tiempo. En solo cinco años el mercado se reconvirtió y plantea la disyuntiva de si se deben o no cambiar las reglas de juego.

En el 2012, cuando se lanzó el proyecto de la red dorsal para llevar Internet a las zonas donde no llegaban los privados, el país solo tenía 8.897 km de fibra óptica desplegada, sobre todo en la costa. Hoy el MTC (Ministerio de Transportes y Comunicaciones) informa que tenemos 59.991 km de red, de los cuales el 76% es privado y el resto, el 24%, corresponde a la troncal de la red dorsal financiada por el Estado.

Osiptel tiene un cálculo mayor (61.473 km) al cual habrá que sumar, en un par de años más, los 30.352 km de las redes regionales, lo que permitiría superar los 88 mil km tendidos. Eso será diez veces más lo del 2012.

“El modelo tarifario deberá cambiarse. Se debe dejar de tener una tarifa única nacional”.
(Carlos Huamán Tomecich – CEO DN Consultores)

“Veo mucho riesgo en estos proyectos para obtener la rentabilidad social deseada en un plazo adecuado”. (Liliana Ruiz – Alterna Perú)

A simple vista podríamos decir que el proyecto ha sido un éxito y se está acortando la brecha digital. Pero no es así. El operador encargado de construir la dorsal con fondos públicos, Azteca, solo tiene 26 clientes, cuando el potencial es de unos 500. Su precio, coinciden todos
los analistas consultados, resultó muy caro. Parece que nadie previó que un operador móvil como Bitel montaría 24 mil km de fibra y empujaría a sus rivales –Movistar y Claro– a crecer. Esto ha ocasionado que entre el MTC y Osiptel se esté diseñando una adenda al contrato con una nueva tarifa.

¿Contrato con fallas?
Hoy en el Perú la fibra óptica llega a 188 de las 196 provincias existentes. Solo ocho de ellas, ubicadas en Loreto, Amazonas y Ucayali, están totalmente desconectadas. Sin embargo, en alrededor del 70% de los hogares no hay Internet fijo.

¿Por qué la brecha digital no se ha reducido? Analistas internacionales explican que el problema parte desde el diseño del contrato y cómo se estableció el equilibrio del negocio. Aquí se optó por el modelo APP (asociación público-privada) y se aplicó un modelo parecido al que también ganó Azteca en Colombia. El Estado pone el capital y contrata a un operador neutro, es decir alguien que tienda y administre la red, pero no lleva el servicio al usuario final. Para eso estarán otros operadores privados que contratarán el servicio de transporte de datos con Azteca. Y son esos operadores los que llevarán la señal a los hogares que hoy no consigue Azteca.

Ivan Chumo, gerente general de Optical Networks, acepta que la dorsal no ha generado el ‘boom’ esperado, pero sí se observa un incremento de la competencia en provincias. Hay como 18 empresas que ofrecen Internet en el sector corporativo, aclara, las cuales adquieren el servicio hasta por US$10, mientras que la dorsal está en US$27. Todo apunta a que la mecuación del negocio inicial
tuvo fallas y ahora se necesita reestructurar los contratos y redefinir tarifas, opina.

Liliana Ruiz, presidenta de Alterna Perú, está preocupada, porque le parece que este modelo es demasiado complejo y mejor sería un subsidio tradicional: un operador que monte red y ofrezca servicio. Además, dijo que estas redes exigen un financiamiento externo (BID), porque el MTC ya no tiene fondos (Fitel). “Hay mucho riesgo en estos proyectos para obtener la rentabilidad social deseada en un plazo adecuado que justifique la inversión del Estado”, opina.

Otros analistas no piden ir tan lejos como detener la licitación de redes regionales, pero sí hablan de rediseñar los contratos. Carlos Huamán, director de DN Consultores, recomienda un cambio del modelo de precios, dejar la tarifa única y optar por un modelo innovador, híbrido, que distinga entre zonas con mayor y menor competencia.

Ahora el turno es para Pro Inversión, que deberá tomar las sugerencias y cambios que han propuesto los analistas, y el mismo Osiptel, y enmendar la plana.

Modificaciones y reparos del MTC

Desde el MTC informaron que se han rediseñado algunas reglas para las nuevas licitaciones regionales. En proyectos anteriores existía la necesidad de adquirir los terrenos de algunas zonas por donde pasaba la red y devolverlos al Estado luego de 10 años, cuando acabe la concesión. Telefónica, concesionario de la red en Lambayeque, informó que esto elevaba los costos de operación y retrasaba las obras. El MTC aclaró que esto ya fue modificado (no se necesita comprar tierras). Además han corregido el esquema de pagos y ampliado los plazos para implementar los proyectos, lo cual varía el flujo económico y mejora la rentabilidad.

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Artículo original publicado por El Comercio, página 20 y 21