Originalmente publicado en Semana Económica.
Por Alessandra Saavedra
12 de marzo de 2022
Lectura de 4 min

Mientras no se consiga un operador temporal, la sostenibilidad de la red dorsal está en riesgo. Pronatel no está preparado para encargarse de esta infraestructura. Es necesario iniciar un nuevo proceso que incluya a empresas internacionales. Elegir a un nuevo operador tardaría como mínimo seis meses.

El proceso para conseguir un operador temporal de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (RDNFO) –el megaproyecto estatal de masificación de Internet de alta velocidad– ha quedado paralizado luego de que se filtraran chats del exministro Juan Silva, en los que se muestra un supuesto interés por adjudicar el proyecto a un único postor. Hoy la red dorsal esté en manos de Pronatel, lo que podría poner en riesgo su sostenibilidad. “Es un error que opere y mantenga directamente la red”, asegura Virginia Nakagawa, socia senior de Nakagawa Consultores Regulatorios y exviceministra de telecomunicaciones.

Para no afectar el futuro de esta red, en la que se invirtieron más de US$2,000 millones, Pronatel tendrá que convocar un nuevo concurso que podría incluir a empresas internacionales. El nuevo proceso para conseguir un operador tomaría como mínimo seis meses.

 

No está preparado

Desde que se disolvió el contrato de Azteca en julio del 2021, Pronatel tuvo seis meses para designar al operador temporal que tomaría la ‘posta’ el 14 de enero; pero no consiguió uno. Los últimos dos meses la red dorsal ha quedado a cargo de Pronatel, a pesar de no estar preparado para manejar esta red. “No ha tenido el tiempo suficiente para madurar y tener un equipo que sea competitivo en relación a los operadores de telecomunicaciones, que ya tienen un know how de varios años. Es difícil pensar que la gestión de Pronatel va a ser más eficiente”, explica Sandro Marcone, director de Culturadigital.pe y miembro del Consejo Nacional de Educación. Además, no tiene los recursos económicos ni laborales para operar una red de esta magnitud. “Ya está supervisando 18 proyectos regionales y tiene otros en curso. No les alcanza el tiempo”, asegura Nakagawa, quien fue directora de gestión técnica y de proyectos en Azteca, el antiguo operador de la red dorsal.

La poca capacidad de Pronatel ya se está reflejando en la operación de la red dorsal, pues la entidad pública no le puede cobrar a los clientes que usan la infraestructura, quienes estarían recibiendo servicios gratis. Tampoco puede ‘dar de alta’ nuevos clientes porque no tiene manejo comercial ni expertise. Por ejemplo, a pesar del cambio que realizó el MTC para que las instituciones estatales puedan usar la dorsal a costo cero, no hay nuevos clientes.

Operador necesario 

Pronatel tendrá que iniciar una nueva convocatoria. “Cada mes que la red está gestionada por una institución no especializada tiene un costo de oportunidad altísimo para el país. Lo más preocupante es que la red comience a caerse o se desplome”, señala Carlos Huamán, director ejecutivo de DN Consultores.

El nuevo proceso tendrá que incluir a jugadores extranjeros. “El proceso siempre debió de ser internacional, era una oportunidad para atraer nuevos operadores”, dice Marcone. Huamán, por el contrario, considera que un operador que tiene actividades en el Perú sería más adecuado. “Sí debería ser una variable relevante haber pisado el terreno. Ante la particularidad de que es un proyecto en marcha, y no se está iniciando desde cero, debes valorar la experiencia similar en el momento”, agregó.

De cualquier forma, el nuevo proceso le generará más gastos al Estado. “No va a ser más barato que lo que nos cobraba Azteca, va a ser más caro en la medida que el nuevo operador va a estar dando operación, mantenimiento, mejoras tecnológicas y reemplazo de equipos”, explicó Nakagawa. Encontrar un operador temporal tomaría como mínimo seis meses, pero podría ser más tiempo. “Podríamos estar todo el 2022 sin tener operador”, calcula Marcone.