La revolución digital también toca profundamente al sector educación, en especial si consideramos que los escolares de hoy deben ser preparados para una vida adulta en un futuro seguramente muy diferente al momento actual.

Desde un énfasis inédito en el desarrollo de pensamiento computacional hasta la implementación de las “escuelas digitales” (proyecto educativo recientemente planteado por el MINEDU), el sector Educación se encuentra actualmente abocado a su propia transformación.

Sobre estos aspectos, además de los desafíos en la capacitación a los docentes o la disponibilidad de conectividad en las escuelas públicas de todo el país, conversamos con Marcela Trinidad, Directora de Proyectos en Instituto Apoyo.

¿Cómo evalúas el impacto de la revolución digital sobre la educación escolar?

Estamos viviendo la transformación digital desde varios ámbitos, y en todos tiene que ver con un cambio en la cultura de las personas y en la evolución de internet.

Nuestra manera de interactuar está cambiando, aunque en educación el cambio es un poco más lento, por ser un sector tradicional.

El Estado propone ahora la “escuela digital” que busca el cambio cultural en los docentes a través de capacitaciones, la implementación de infraestructura tecnológica, conectividad y ciudadanía digital, todo esto enfocado en una mejor interacción de las personas mediante un entorno digital que reduzca el riesgo cibernético al cual están expuestos los estudiantes escolares.

En la educación digital, el centro es el alumno. Además, un niño actual es un nativo digital con un pensamiento distinto respecto a hace unos 5 años atrás. Entonces, ¿el concepto de pensamiento computacional entra acá a tallar?

Sí, definitivamente.

De hecho, el pensamiento computacional puede ser desarrollado sin una computadora al lado, porque consiste en aprender a dar un orden al pensamiento que sea lógico, secuencial y paralelo, para lo cual fortaleces diferentes habilidades, que parten desde las matemáticas.

El pensamiento computacional puede ser trabajado desde la primera infancia, con niños entre 3 y 5 años, para que puedan interactuar de una mejor manera con la tecnología. Por ejemplo, una manera sencilla de ver la tecnología es a través del ocio, porque si somos creativos podemos transformar ese uso del ocio en aprendizaje.

También sucede en la universidad, donde muchas veces se exige a los estudiantes que no usen la tecnología porque los “distrae”. Es momento de cambiar esta óptica respecto a la relación entre tecnología y aprendizaje, de modo que si como docente observo a un estudiante ocupado con un smartphone, entonces lo inteligente es cómo incorporar a este dispositivo en el proceso de aprendizaje.

Un paradigma nos decía que si el niño se divierte entonces no aprende, mientras que ahora un enfoque por competencias que dice que el aprendizaje debe ser lúdico o experimental, donde el estudiante es el centro y desde allí se plantea preguntas, hipótesis y empieza a indagar para descubrir su propio aprendizaje, de manera que se sientan parte del aprendizaje y esto los motive a generar mayor aprendizaje.

 

¿La política pública está avanzando en el sentido correcto?

Sí, está avanzando muchísimo. En el año 2016, el currículo escolar cambió a un enfoque por competencias, pero la transición también se dar en las personas, para romper el enfoque tradicional.

En ese sentido, la política pública es cada vez más activa en la transformación de los docentes, con un nuevo enfoque de supervisión desde las instancias locales del Ministerio de Educación, pero los cambios no son tan rápidos, y requieren por tanto la participación de todos.

En Instituto Apoyo promovemos la educación desde hace 30 años, y desde hace un tiempo trabajamos más estrechamente con el Ministerio de Educación (MINEDU) para promover aquellas competencias que son del siglo XXI mediante el enfoque STEAM, que considera a la tecnología como un recurso muy importante, y que se traduce en un esfuerzo porque la educación digital sea una realidad.

El mundo cambia muy rápido, y por tanto la educación debe también avanzar a pasos agigantados, con la colaboración de todos, mediante una articulación intersectorial donde el rol del Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) resulta vital.

 

La educación digital contempla herramientas digitales que comienzan por un uso masivo de internet, y por tanto conectividad, en el contexto de que la geografía peruana dificulta el despliegue de infraestructura respecto a otros países comparables. ¿Cómo sientes desde el sector de educación el nivel de disponibilidad de internet?

Lo que dices es muy cierto.

Todavía tenemos mucho “pan por rebanar” en infraestructura y conectividad. En este momento, por ejemplo, Perú cuenta con aproximadamente 52 mil escuelas públicas de la educación básica regular, y de ellas sólo 3% tiene conectividad de 5 Mbps o más, capacidad con la cual no se puede hacer mucho. El crecimiento en el consumo de datos es cada vez mayor, de modo que una mejor infraestructura es cada vez más necesaria para interactuar de una forma más sencilla.

Cuando hablamos de educación digital hablamos de interacción, es decir, de una cuestión de conectividad y comunidad, y por tanto necesitamos una velocidad de conexión suficiente y un buen dispositivo. Es decir, debemos reducir la brecha en conectividad y dispositivos.

 

El próximo año el MINEDU implementará un presupuesto para entregar tabletas en los colegios, pero esto debe ir acompañado de una política intersectorial con el MTC para que brinde conectividad, porque de lo contrario tendrás unas tabletas muy bonitas pero que no se van a poder conectar. Debemos estar en capacidad de ofrecer una solución integral.

Otro ejemplo sería el SIAGIE, el sistema informático del MINEDU, que genera las matrículas y el registro de notas de los estudiantes. Los escolares se pueden inscribir en este sistema con su DNI como su identificador único, y ello les da el derecho a matricularse en sus colegios, lo cual permite trazabilidad respecto de su desempeño escolar, pero los docentes no pueden acceder lo suficiente a esta herramienta porque la escuela cuenta con pocas computadoras, lo cual los obliga a ir a cabinas públicas. Entonces, requerimos infraestructura, conectividad y cambio en el proceso interno del MINEDU.

En la reciente CADE Digital, la ministra de Educación presento el proyecto de “Escuelas digitales”, que viene de la mano con un alto nivel de articulación y un enfoque 360°. ¿Cuál es la sensación que tienen ustedes sobre esta iniciativa?

Lo vemos con mucha expectativa, porque va a ser muy importante la participación de la sociedad civil, como “Empresarios por la Educación” o IPAE, lo cual es fantástico porque la sinergia público-privada es muy relevante.

El grupo de trabajo va a enfocarse en diferentes desafíos que incluyen el enfoque del estudiante para que enfrente menos riesgos cibernéticos, y el enfoque de capacitación del docente, porque muchas veces sus estudiantes manejan mucho mejor la tecnología.

Tenemos que aprender a incorporar al docente para que sienta que la tecnología puede ser un instrumento útil en sus clases, y para eso podemos generar pilotos que permitan evaluar las experiencias con docentes que se han alfabetizado digitalmente, y por tanto facilitar su transición entre la educación tradicional y digital.

¿Sientes que las condiciones están dadas para que esta iniciativa pueda ser fructífera en un horizonte de tiempo previsible? De no ser así, ¿cuáles serían los factores de éxito necesarios para que veamos resultados concretos?

La participación del sector privado es clave, porque tiene la capacidad de transformarse más rápido que el sector público, y eso es una realidad que podemos aprovechar.

Sobre si existen o no las condiciones, yo pienso que estas se van generando cuando todos tengamos una visión común, y allí resulta vital la articulación del MTC con el MINEDU e incluso el Ministerio del Trabajo (MINTRA), porque cualquier competencia digital que generemos en los estudiantes está relacionada con un entorno laboral muy cambiante que no conocemos, pero para el cual ellos deben estar preparados.

El Instituyo Apoyo organiza cada año el Seminario STEAM donde se abordan diversos temas digitales, ¿crees que la educación digital es cada vez más importante?

Nosotros estamos hablando de educación digital hace un buen tiempo, y nos reconforta que cada vez cobre mayor importancia, de manera que con el seminario buscamos traer experiencias internacionales de éxito que nos sirva como referencia para ser adaptadas a nuestro entorno nacional.

Con una buena visibilidad de estas experiencias nos damos cuenta que no estamos tan alejados de traducir nuestros sueños en realidad, aunque quizás no deberíamos hablar de sueños sino de una realidad que está cada vez más inevitablemente cerca.