¿Cuáles deben ser las nuevas prioridades de Osiptel?
El Comercio

01/Feb/2017|

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El panorama que deja al cierre de su gestión el actual presidente de Osiptel, Gonzalo Ruiz Díaz, es bastante diferente al que encontró. En cinco años hemos pasado de un mercado altamente concentrado en el que dos de los tres operadores existentes tenían el 95% del mercado a uno en el cual aquellos dos gigantes suman cerca de 80% y compiten contra tres retadores. ¿Nuevas realidades, nuevas metas? Tal parece que sí. Aunque no todo sea borrón y cuenta nueva.

Gonzalo Ruiz Díaz termina su mandato en menos de dos semanas. Luego de ello vendrán hasta sesenta días más en los que continuará en el cargo, pero solo entendiéndolo como un extra ordenado por ley. En dicho plazo se debería concretar la elección, vía concurso público, del nuevo presidente de directorio.

 La selección estará a cargo de la PCM (Presidente del Consejo de Ministros), que todavía no ha lanzado la convocatoria. Tras bambalinas se vocean varios nombres, algunos con experiencia previa en regulación, pero hasta que no salgan las bases no se sabrá a ciencia cierta quienes finalmente se animen a postular.

¿Cuál sería el nuevo camino que debería seguir quien tome la posta? ¿Qué hacer para continuar con el dinámico panorama competitivo que vive la telefonía móvil? Conversamos con dos expertos del sector, quienes nos explicaron cuál, a su criterio, es el sendero que debería recorrer el nuevo presidente. Son dos visiones bajo diferentes perspectivas y con sus propias escalas de prioridades, pero ambos coinciden en la necesidad de comprender que estamos ante un panorama diferente que requiere nuevos mecanismos de acción.

Carlos Huamán: «Lo importante es no retroceder»

Para el director de DN Consultores la gestión pasada no fue excesivamente dura, sino que cumplió con dar las medidas oportunas y necesarias para lograr que la telefonía móvil se desconcentre. Lo más importante, a su modo de ver, es que no se retroceda sino que se mantengan las exigencias que garantizaron los resultados actuales y que se añadan algunas medidas apropiadas para el nuevo entorno, atendiendo el siguiente esquema de prioridades:

► Cargos móviles mínimos. Para Huamán lo primero por hacer es definir el nuevo cargo de interconexión (tarifa que cobra un operador por usar la red de otro operador al concretarse una llamada). En la gestión pasada se aplicó una reducción más drástica para los operadores grandes (Movistar y Claro) y una más suave para los retadores (Entel y Bitel). Ahora que los retadores ya tienen 20% de mercado no deberían darse dichas concesiones y todos deberían recibir similar reducción de tarifas. La tendencia internacional, recalcó, es apuntar a reducir el cargo y fijarlo en menos del centavo de dólar y a eso debería tender nuestra regulación. «Aquí estamos en US$1,7 y US$1,9. Eso hay que bajarlo por lo menos a la mitad», enfatizó.

► Compartición de infraestructura. En el ámbito urbano se ha incrementado la instalación de antenas, pero todavía existe un fuerte déficit, por eso es importante encontrar una salida, la cual va por normar para permitir la compartición de infraestructuras, opinó. Un proveedor de torres que de soporte a los equipos de los diferentes operadores sería una buena solución. Además falta implementar un enfoque 360° que implique dar incentivos al municipio que deje montar redes, porque la ley sola no va a funcionar, recomendó.

► Eliminación de diferenciación de tarifas off-net / on-net. Llamar a una persona que utiliza el mismo operador no cuesta nada, pero llamar a un teléfono de otra compañía sí. Eso es algo que todavía ocurre con frecuencia en los clientes prepago y, según Huamán, debería eliminarse. Solo el 3% de clientes locales (líneas pospago con renta superior a los S/100) goza de iguales tarifas para llamadas a todos los operadores, lamentó. «Se necesita sacar un artículo que diga prohíbase diferenciar tarifas sobre la base de destino», acotó.

► Promover la entrada de más OMV (Operadores Móviles Virtuales). En el país se necesitan más OMV. Solo hay un competidor que no posee red propia, sino que alquila la red de otro, y ha ganado poca participación de mercado (como mucho 0,3%) mientras que en otros países de la región existen de cuatro a seis OMV, refirió Huamán. La salida para lograr la llegada de más actores, añadió, es una intervención regulatoria más específica sobre las reglas de juego para facilitar su instalación.

► Mejorar acceso a indicadores de calidad. Así como existe una plataforma que permite de forma amigable comparar los planes que existen para contratar servicios, indicó, es recomendable sacar una herramienta similar pero considerando los indicadores de calidad. El objetivo es que sea sencillo para un consumidor ver qué nivel de calidad de servicio ofrece cada operador.

Alejandro Jiménez: «Más flexibilidad»

Para el director de All Business Solutions SAC, el regulador necesita adecuarse al nuevo entorno digital y ver más allá de las telecomunicaciones. Eso no implica generar mayor regulación, sino cambiar de enfoque, simplificar y modificar sus competencias atendiendo a la convergencia de canales de comunicación imperantes en la actualidad. En términos de prioridades, estas serían las principales acciones a tomar:

► Limpiar la casa. Lo primero es seguir las recomendaciones de la UIT (Decreto Legislativo 1310) y realizar un análisis de la calidad regulatoria de las normas vigentes. «Es importante determinar qué normas son relevantes y deben seguir existiendo y cuáles han quedado desfasadas, son innecesarias o restan flexibilidad al sector por privilegiar al papel cuando el sector es eminentemente digital», enfatizó.

► Foco en el consumidor. Para Jiménez la actualización de la regulación implica cambiar el foco de la misma y orientarla hacia la protección del consumidor. «Enfrentamos una revolución digital con nuevos actores y nuevos servicios. No se puede seguir regulando mirando al mercado en función a la clasificación de servicios de telecomunicaciones de la Ley del 1993», remarcó. A su entender, se necesita asegurar la protección del usuario atendiendo a las nuevas exigencias del mundo digital.

► Flexibilidad para promover la competencia. Para Jiménez es importante reducir las cargas en procedimientos administrativos a las que son objeto los operadores porque estas pueden afectar su flexibilidad de cara a las necesidades del dinámico mercado. El consumidor, dijo, sale ganando cuando el operador tiene plazos más cortos para lanzar nuevos productos. Y eso es posible cuando el regulador es eficiente y no los copa de procedimientos previos a los lanzamientos.

► Promotor de inversiones. El regulador, según Jiménez, debe tener un rol más activo en la promoción de la inversión en el sector dando un marco regulatorio que ayude a reducir la brecha digital. Un claro ejemplo, añadió, recae sobre la regulación para las conexiones en zonas rurales: urge crear un nuevo marco que facilite el acceso a operadores de infraestructura móvil a dichas zonas. La reglamentación actual no se alinea con la realidad rural del país, advirtió.

Artículo original publicado por El Comercio

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